El cambio climático es una amenaza para la seguridad alimentaria mundial, el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. Los gases de efecto invernadero producidos por la actividad humana son el motor más significativo del cambio climático observado.
El cambio climático abarca y va mucho más allá del calentamiento global y sus consecuencias, como, por ejemplo, el derretimiento de los casquetes polares y los glaciares, que conducen a la subida del nivel del mar. Provoca implicaciones más profundas tales como fenómenos meteorológicos extremos, alteración del ciclo del agua, acidificación de los océanos y cambios en la función y composición de los ecosistemas.
Los sectores agrícolas, que incluyen cultivos, ganadería, silvicultura, pesca y acuicultura, deben adaptarse a un clima cambiante. Mejorar la resiliencia de los sistemas de producción de alimentos es clave para alimentar a una población creciente. Por esta razón, el cambio climático debe abordarse como parte integral del programa global de desarrollo.